Futbolitas. El fútbol también es pasión de mujeres.

Son las tres de la tarde y un grupo de amigas está a punto de comenzar, en unas canchas del sector oriente de la capital, el partido de todos los fines de semana. Entre sus compañeras de trabajo buscan gente para poder encontrar los equipos rivales. Su pasión por el balón las lleva más allá de ver los partidos por televisión o ir al estadio con sus pololos o maridos.


Una de ellas es Catalina, una profesional recién titulada que ama al fútbol y que convenció a sus amigas de comenzar a jugar.
"Siempre me ha gustado el fútbol. Cuando chica mis papás me llevaban al estadio y de a poco empecé a entender de qué se trataba y me empecé a enamorar de ese deporte", afirma Catalina.


Cuando estaba en el colegio, la Cata como le dicen sus amigas, organizaba partidos en los recreos y jugaba en contra de los otros cursos. "A penas escuchábamos el timbre salía corriendo con mi pelota y partía el juego. Siempre se nos hacía corto el tiempo y los profesores nos tenían que ir a sacar del patio".


Ya en cuarto medio Catalina tenía su equipo formado. Eran seis de sus mejores amigas a quienes ella les inculcó el amor por este deporte.
Cuando salieron del colegio y entraron a la universidad el tiempo para juntarse escaseaba y las ganas también eran pocas. "Entre estudio, exámenes y pocas horas dormidas estábamos muy cansadas y por un año nos juntamos pocas veces".


En el segundo año decidieron juntarse los sábados en la tarde y arrendar una cancha. Con el tiempo empezaron a preferir unas canchas en vez de otras. "El pasto, la gente que iba y los precios nos hicieron escoger unas canchas más que otras y al final nos decidimos por éstas. Quedan cerca de nuestras casas", afirma Catalina. 


Los más felices con este hobby son sus parejas. Ellos cuando pueden las van a ver jugar y creen que tienen la mejor pareja. "Como a la mayoría de los hombres a todos nosotros (las parejas) nos encanta el fútbol y que para ellas el fútbol sea una pasión es lo mejor. Son las mejores que hay", declara Carlos pololo de una de las jugadoras.


Las chicas ya llevaban años jugando cuando se dieron cuenta que no tenían un nombre. Comenzaron a pensar y encontraron que el mejor nombre para ellas era "Futbolitas".
"Este nombre encerraba todo lo que nosotras pensamos".


Este grupo de amigas espera seguir jugando hasta que les de el físico y hasta que la familia se los permita. "Todavía ninguna es mamá y eso facilita las cosas, pero todas sabemos que cuando una quede embarazada las cosas van a cambiar".


Aquí se juntan las "Futbolitas"

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